Una entradera ocurrida a metros de la seccional de Castelar Centro Sur encendió la indignación de los vecinos. Denuncian una ola de delitos sin respuesta efectiva y reclaman mayor presencia policial y acciones concretas.
La tensión acumulada por meses de robos sin freno encontró su punto de ebullición en Castelar: vecinos del barrio se autoconvocaron y protestaron esta semana frente a la comisaría 3ª de Castelar Centro Sur. El detonante fue una entradera cometida esa misma mañana, a solo unos metros de la seccional.
“El barrio está desbordado. Tengo 65 años, nací acá, y nunca vi tanta inseguridad”, expresó Graciela, una de las vecinas presentes. Como ella, muchos otros residentes compartieron relatos de hechos delictivos sufridos en carne propia o por allegados: robos callejeros, sustracción de ruedas, y hasta asaltos en plena mañana.
Según relataron, la entradera a la casa de un familiar de Graciela ocurrió alrededor de las 10:00 de la mañana, a tan solo media cuadra de la dependencia policial. “Ya no importa la hora ni el lugar. Roban en todas las calles: Libertador, Davobe, Laferrere, Rosario, Bécquer, Zeballos, Dardo Rocha… No queda zona sin tocar”, agregó con indignación.
La protesta se organizó de forma espontánea a través de grupos vecinales de WhatsApp y derivó en una manifestación pacífica pero contundente en las puertas de la comisaría. Al grito de “¡Seguridad!” y con aplausos, los vecinos exigieron respuestas.
Durante la noche, fueron recibidos por el comisario y el jefe del Comando de Patrullas de Morón. Si bien el intercambio fue respetuoso, las explicaciones brindadas sobre los operativos y estadísticas delictivas no lograron calmar los ánimos. “Nos dijeron que no pueden hacer mucho. Parecía más una oficina de trámites que una comisaría preparada para dar respuestas”, cuestionaron los vecinos.
Uno de los reclamos más insistentes fue el pedido de una mayor presencia de Gendarmería Nacional en la zona. Sin embargo, los propios vecinos reconocieron que esa demanda excede la capacidad de respuesta de la comisaría, por lo que acordaron una nueva reunión la semana próxima, esta vez con funcionarios municipales. Hasta el momento, desde la Secretaría de Seguridad local y la Unidad de Gestión Comunal 4 no hubo participación ni declaraciones.
Los manifestantes también señalaron la escasa cantidad de cámaras de vigilancia en el área y la falta de presencia policial en las cuadrículas. “Queremos que cuiden al menos las ocho manzanas que rodean la comisaría. Si no pueden garantizar seguridad en ese radio, ¿qué queda para el resto del barrio?”, concluyó la vecina.
El malestar crece, y el cansancio de una comunidad que siente que debe cuidarse sola parece estar lejos de apagarse. Mientras tanto, el reclamo es claro: medidas urgentes y concretas para frenar una ola de inseguridad que no da tregua.
