Tras las elecciones, el dirigente bonaerense busca reafirmarse e instó a sus concejales a mostrar el sello de su nuevo espacio, Los Inquebrantables, mientras crece la disputa con otros sectores del oficialismo.
Apenas después del triunfo de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, Sebastián Pareja reactivó la pulseada por el control territorial. Con un audio de dos minutos y medio enviado a concejales y armadores del Conurbano, el presidente del partido libertario bonaerense celebró lo que definió como “un éxito rotundo” y agradeció a la militancia.
El mensaje, sin embargo, fue leído por muchos dirigentes como una maniobra para ratificarse en un contexto de tensiones crecientes dentro del espacio.
En paralelo, Pareja decidió poner en escena a “Los Inquebrantables”, el nuevo sello político que lanzó el mes pasado junto a dos de sus principales operadores en el territorio: Ramón “Nene” Vera, referente en la Primera Sección Electoral, y Luis “El Negro” Ontiveros, en la Tercera. Como primera acción pública, ordenó a sus concejales mostrar banderas de este nuevo espacio en sus bancas, una señal directa hacia los sectores internos que cuestionan su conducción.
La estrategia se tradujo en gestos concretos. En el Concejo Deliberante de La Matanza, Lorena Ramos —ex dirigente radical y actual jefa del bloque libertario, además de esposa de Ontiveros— publicó una foto con el estandarte de Los Inquebrantables. El gesto fue replicado por Martín Menem en redes sociales, lo que desató una ola de críticas de los seguidores más duros del oficialismo, identificados con Las Fuerzas del Cielo y con la órbita de Santiago Caputo.
Desde esas cuentas se multiplicaron los ataques contra Pareja y su equipo, con acusaciones cruzadas y descalificaciones personales. En la cuenta de Los Inquebrantables, el propio entorno del dirigente respondió con ironía y lanzó mensajes contra los llamados “Libervirgos”, en alusión a los trolls libertarios.
Las agresiones digitales derivaron incluso en advertencias sobre supuestos antecedentes judiciales de integrantes del espacio, aunque sin pruebas concretas.
Mientras tanto, Pareja mantiene una postura desafiante hacia adentro del movimiento. “Tenemos tres diputados nacionales y 300 concejales, no nos pueden tocar”, habría asegurado en su entorno la semana pasada, en medio de los rumores sobre su pérdida de influencia dentro de la estructura libertaria bonaerense.
Mientras la militancia libertaria celebra los resultados electorales, las disputas por el control partidario en la provincia comienzan a definir quién tendrá la última palabra en el armado político del futuro.
