En un contexto marcado por la opacidad y las críticas de la oposición por la falta de acceso a la información pública, el oficialismo logró aprobar la rendición de cuentas del primer año de gestión del intendente Pablo Descalzo. La ausencia de herramientas básicas de transparencia en el recinto sigue siendo un signo preocupante.
El Concejo Deliberante de Ituzaingó aprobó la rendición de cuentas correspondiente al ejercicio 2024, en medio de fuertes cuestionamientos por parte de la oposición, que denunció una vez más la falta de transparencia y el escaso acceso a la documentación respaldatoria de los gastos municipales.
La votación terminó igualada: 10 votos a favor y 10 en contra. Sin embargo, el desempate llegó por parte del presidente del cuerpo, Pablo Piana, quien utilizó su doble voto para inclinar la balanza a favor del oficialismo peronista de Ituzaingó. De este modo, el intendente Pablo Descalzo logró la aprobación de su primer año completo de gestión, aunque no exento de sospechas y tensiones.
Lo que resulta insólito en pleno 2025 es que el organismo deliberativo local no cuente con una plataforma digital o herramienta institucional para transmitir los debates. La sesión solo pudo seguirse a través de la cuenta personal del concejal Gabriel Pozzuto, quien recurrió a Instagram para ofrecer una transmisión en vivo que otorgue una mínima cuota de acceso público al tratamiento de un tema tan sensible como el manejo de los fondos públicos.
Durante el debate, el oficialismo se limitó a respaldar su accionar apelando a la legalidad del trámite. “Estamos cumpliendo con lo que marca la ley”, expresó el concejal Marcelo Nadal, jefe del bloque del Frente de Todos, quien se centró en desestimar las críticas sin aportar mecanismos concretos de transparencia.
Pero fue la oposición la que elevó el tono con reclamos que no son nuevos, pero que siguen sin respuesta: el acceso al sistema RAFAM, clave para auditar en tiempo real los movimientos financieros del Ejecutivo. “Hace ocho años vengo pidiendo una clave para entrar a RAFAM y nos la siguen negando. Nos hacen legislar a ciegas”, disparó Pozzuto. En la misma línea, el concejal libertario Juan Larralde calificó al sistema actual como “obsoleto” e inaceptable para una administración que dice respetar la ley.
Christian Lanaro, otro de los concejales opositores, fue aún más contundente: “Sin acceso al sistema RAFAM, esta rendición no puede considerarse legal. Es la única vía real de control que tenemos los concejales”.
Desde el oficialismo, la defensa giró en torno a desviar el foco: en lugar de responder por la falta de transparencia, la concejal María Celeste Ferri prefirió cuestionar la ideología de sus adversarios políticos. “Defienden a un Gobierno nacional que recorta todo y después vienen a cuestionarnos por los números”, declaró, sin referirse en ningún momento a los reclamos concretos.
El cruce final no estuvo exento de chicanas políticas. Nadal intentó victimizar la gestión municipal intentando atribuir las dificultades financieras a los recortes del Gobierno nacional, mientras que Larralde respondió con ironía: “Tranquilo, ya va a llegar la motosierra a Ituzaingó”.
La sesión dejó expuesta una realidad alarmante: el Concejo Deliberante opera sin mecanismos básicos de transparencia, y la rendición de cuentas del municipio se aprueba sin que los concejales tengan acceso pleno a los datos que deberían evaluar. El oficialismo, en lugar de garantizar el control institucional y rendir cuentas con claridad, se ampara en formalidades y mayorías circunstanciales para avanzar sin rendir explicaciones.
