Vandalismo en Castelar: mujer volvió a atacar y destrozar un comercio.

La misma mujer que días atrás había sido captada por cámaras vandalizando arbustos y plantas en comercios del centro de Castelar protagonizó un nuevo y violento episodio. Esta vez arrojó objetos contra una heladería y causó destrozos valuados en más de un millón de pesos.

Un nuevo hecho de violencia sacudió al centro de Castelar. La mujer que hace poco se había hecho viral por destruir arbustos y plantaciones en las veredas de varios comercios volvió a atacar, esta vez con una actitud más agresiva: rompió la vidriera de una heladería ubicada en Carlos Casares y Arredondo, en pleno corazón comercial de la ciudad.

Según las imágenes de las cámaras de seguridad, la atacante llegó caminando, a cara descubierta y con una botella vacía, que luego arrojó contra los vidrios del local Pórtico, causando graves daños materiales.

“Nos rompió ambos frentes. Sobre Arredondo rayó cuatro vidrios y rompió uno; sobre Carlos Casares astilló la puerta a piedrazos. Un millón de pesos nos costó la reposición”, relató uno de los dueños del comercio, quien realizó la denuncia en la Comisaría 7ª de Castelar Norte.

Las autoridades confirmaron que la causa fue elevada a la Fiscalía de turno, que deberá determinar los pasos a seguir.

Una agresora reincidente y con exposición en redes

Lo que más sorprende del caso es que la mujer ya había sido identificada en otros ataques a locales comerciales de la zona, en los que destrozaba macetas y plantas. En redes sociales, incluso publicó videos de sus acciones, justificando su comportamiento y reivindicando la violencia.

Vecinos y comerciantes expresaron su preocupación por la reiteración de estos episodios, especialmente porque la mujer suele circular por la zona en horarios escolares. “Hay gente que nos dijo que la ve caminando cuando los chicos van al colegio. ¿Qué pasa si lastima a un nene?, se han preguntado en la zona.

De acuerdo con datos aportados por los damnificados, la agresora habría sido identificada por su nombre y domicilio en Ituzaingó, y su cuenta en redes sociales se mantiene activa y pública.

“Nos sentimos completamente desamparados. Aunque sea, pretendemos que le impongan una restricción perimetral para que no vuelva a acercarse”. Si vuelve a romper, ¿quién paga los daños?, advirtieron.

Mientras tanto, los vecinos reclaman una intervención judicial o sanitaria, en caso de que la mujer atraviese problemas de salud mental, y piden mayor presencia policial para evitar que estos episodios continúen escalando en violencia.

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