Bragado: “El doble discurso le quita voz al campo”

Las inundaciones que paralizan Bragado exponen una doble fractura: por un lado, la falta de obras ante más de 50.000 hectáreas bajo el agua; por otro, la contradicción de referentes como Walter Malfatto, que reclama en nombre del campo mientras comparte mesa con el intendente.

En el partido bonaerense de Bragado, más de 50.000 hectáreas bajo el agua y decenas de productores en situación crítica fueron el foco de una reciente publicación de La Nación: “Estamos abandonados”: drama, enojo y desazón de los productores inundados de Bragado por la falta de obras”. (lanacion.com.ar) Una situación grave, sin dudas. Pero desde el lado político local se preguntan: ¿quién habla cuando dice hablar por el campo?

Vecinos de Bragado ironizan con las declaraciones del productor que lideraba la nota de La Nación, Walter Malfatto: “El doble discurso le quita voz al campo”, señalan, recordando que Malfatto apareció el sábado 25 de octubre compartiendo un asado con el intendente Sergio Barenghi —el mismo que hoy “intenta deslindar responsabilidades por la situación que atraviesa Bragado”, según comentan.



En la nota del diario se describe un panorama alarmante: desde febrero las lluvias acumuladas y la falta de mantenimiento de canales y obras de drenaje provocaron inundaciones que dejaron sin tierra útil a miles de hectáreas. Los productores relatan inaccesibilidad de caminos rurales, aislamiento de familias, y el cobro de tasas viales incluso mientras impera la emergencia.

Los vecinos no se guardan nada: “Hablan de dos años sin fondos del Fondo Hídrico, pero el gobernador Axel Kicillof lleva casi seis años al mando de la provincia. Las obras no se hicieron porque nunca fueron prioridad y ahora los productores y vecinos pagan las consecuencias”, afirman. Su tono es irónico: el campo reclama “compromiso”, pero luego ve “la foto con quienes son parte del problema”.

Y añaden: “Por culpa de actores de este tipo, el campo pierde prestigio y fuerza al reclamar causas legítimas. No se puede hablar de compromiso mientras se busca la foto con quienes son parte del problema. El campo necesita coherencia, no complicidad.

En definitiva, las voces locales lanzan un mensaje hacia dos frentes: por un lado, hacia el Estado —que según los testimonios está ausente— y por otro, hacia quienes claman representar al agro mientras comparten asados con los gobernantes que acusan de abandono.

La realidad de Bragado exige acción concreta: canales desbordados—como los del Mercante, la Cañada del Saladillo y el San Emilio—, zonas rurales sin acceso, hacienda malvendida, cosechas perdidas. Pero también exige coherencia de discurso por parte de quienes dicen estar “del lado del campo”.

¿Quién le devuelve la voz al campo cuando el altavoz se usa para la foto? La pregunta queda flotando en el aire.

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