“Nuestro triunfo en Morón echó leña a la guerra Ghi–Sabbatella”, comentó el concejal Tozzi, presidente del bloque LLA, tras la victoria electoral.

Luego de la impactante victoria de La Libertad Avanza en Morón este 26 de Octubre —una remontada histórica tras las elecciones de septiembre—, el distrito gobernado por el peronismo sufrió una derrota que profundizó la interna entre el intendente Lucas Ghi y Martín Sabbatella.

En la ciudad de Morón, la victoria de La Libertad Avanza no solo marca un cambio histórico: también alimenta la llamas de una interna peronista ya encendida. Con un 43,16 % de los votos y 5 puntos de ventaja sobre Fuerza Patria, el mensaje es claro: no somos solo número, somos decisión.

Este triunfo se da en medio de una ruptura profunda entre el intendente Lucas Ghi y el histórico dirigente del peronismo moronense Martín Sabbatella, quienes libran una batalla por el control del concejo deliberante y del sello local.

En un claro señalamiento hacia el intendente, el referente de Nuevo Encuentro Diego Spina declaró que Morón “es el único lugar del conurbano donde gobernamos y se perdió” y remarcó que el resultado refleja “un mal Gobierno y una dirigencia que se encierra en sí misma”.

En medio de la disputa por el gabinete municipal y el control del Concejo Deliberante, Spina dejó en claro la intención de su espacio de presentarse como alternativa en 2027: “Estamos nosotros y nosotras, no hay un grupo de cobardes como son los que gobiernan hoy Morón”.

En palabras del concejal Ezequiel Tozzi, presidente del bloque LLA en Morón, “la alianza liberal de La Libertad Avanza con el Partido Demócrata y el PRO, resultó doblemente estratégica: conquistó votos y al mismo tiempo debilitó la estructura interna del peronismo local, que ahora ve cómo su hegemonía se resquebraja”.

Como bien dijo Javier Milei en su discurso:

Confiamos en que podemos trabajar en conjunto con todas las fuerzas con las que tenemos puntos de acuerdo, para lograr aprobar los cambios que la Argentina pide a gritos hace ya tantos años.

Hoy, ese «trabajar en conjunto» lo vio Morón, y lo hizo con fuerza. No solo ganó un espacio político, volcó una lógica que durante décadas había permitido que el poder local se repartiera en castas internas.

El concejal Tozzi también aclaró que “logramos casi 10.000 votos más que en septiembre, y ese crecimiento no fue casualidad: fue el resultado de un trabajo serio, coordinado y comprometido con el cambio”.

El mensaje es contundente: los vecinos de Morón no quieren quedarse atrapados en los fuegos cruzados del peronismo desunido, quieren resultados. Y lo demostraron con su voto. Este triunfo no es el final, es el inicio de un nuevo capítulo: Morón se pinta de violeta, y el cambio —con claridad y libertad— ya está en marcha.

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